26 de noviembre de 2013

Malinalco

Uno de los sitios que no podemos dejar de visitar en el estado de México es Malinalco, un pueblo mágico ancestral, con calles empedradas, y casas coloniales de adobe con abundantes flores de colores en sus frentes. 

Entrada al pueblo.

 Malinalco se encuentra al sur del Estado de México a 70 km. de la ciudad de Toluca y a tan sólo dos horas y media de recorrido en auto desde la monstruosa ciudad que es el Distrito Federal. Al llegar allí, lo que más me llamo la atención fue la paz y la tranquilidad que abunda en el ambiente, por lo que puedo decir que es un destino de fin de semana, ideal para relajarse y reflexionar.

Tianguis de artesanías
Mi estancia fue de tan sólo tres días, viajé con varios compañeros de intercambio: 3 francesas, 2 alemanas, 1 española y 2 brasileras, y por último 4 amigos mexicanos, los cuales ya conocían el lugar y nos hicieron de guía turístico. Llegamos el viernes a la tarde, alquilamos una cabaña, dejamos las mochilas y salimos a recorrer el pueblo. Lo primero que vez es una plaza con su característica Iglesia, y a unos pocos pasos el mercado, o como lo llaman los mexicanos “El tianguis”. Allí encontras artesanías de todo tipo, cuero, frutas y verduras y puestitos ambulantes de comida.



Mercado de frutas


Capilla de Santa Marta.


Si comenzas a caminar y bajar calles empedradas, llegas a la zona donde se encuentra el criadero de truchas, la comida típica del lugar. Allí encontras unos piletones llenos de las más variadas truchas, elegís la que queres, la pescas y te la cocinan a tu gusto. La receta más recomendable: la "trucha estilo Malinalco" rellena de jitomate, epazote, cebolla, ajo, mantequilla y chile, la que se prepara ahumada o envuelta en papel aluminio.  De postre podes degustar las nieves helados artesanales del lugar hechos de los más variados gustos como coco, guanábana, mamey, piña, tamarindo, tequila, y zapote.


El Cuauhcalli o Casa de las Águilas.


Al otro día nos levantamos bien temprano, ya que el destino era conocer la zona arqueológica. La misma está ubicada en el cerro de los ídolos, a unos pocos minutos caminando desde el centro, solo podes acceder subiendo 400 escalones de piedra en forma de caracol. El trayecto a la cima es increíble ya que podes estar en contacto directo con la naturaleza.
El Cuauhcalli o Casa de las Águilas es el edificio principal, es famoso en el mundo por su carácter monolítico tallado en piedra viva. Al lugar acudían los guerreros águila para realizar ritos de iniciación, por lo que en el interior del templo se aprecian las impresionantes esculturas de dos águilas y un jaguar extendido, todas hermosamente talladas. Tras una de las águilas hay un cuauhxicalli o vaso sagrado donde se colocaban los corazones de los sacrificados, que se convertían, según los ritos prehispánicos, en los mensajeros del Sol.

Vista panorámica de la ciudad desde las Ruinas
Este sitio arqueológico no deja de sorprenderte, ya que se respira un aire mítico, donde parece que el tiempo transcurre de manera lenta y silenciosa. Realmente, es una obligación sentarte en la pirámide del templo y apreciar por un largo rato la imponente vista panorámica del pueblo y antes de bajar, deleitarte con los rituales que realizan los últimos descendientes de la cultura prehispánica azteca.


Vista desde la pirámide del templo.




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